Gente con suerte

Esperanza Aguirre ha afirmado que el aumento de patrimonio del ex presidente balear, Jaume Matas sólo puede justificarse porque heredó o ganó la lotería. Y es que si las acusaciones están en lo cierto el sr. Matas podrá presumir de formar parte de uno de los casos de corrupción más escandalosos del año.

Por otro lado, puede darse el caso de que la Presidenta de la Comunidad de Madrid tenga algo de razón y resulte que el sr. Matas es el protagonista de una de esas increíbles historias que nos sorprenden de vez en cuando. Como la de la neoyorquina iba a tomar un café un domingo por la mañana y en la basura de Broadway con la 72 encontró un cuadro que no pudo evitar recoger. Más tarde descubrió que se trataba de una obra de arte robada en los años 70 y valorado en un millón de dolares. También esta el caso del estadounidense retirado que compró una granja abandonada en Portugal y al abrir el granero encontró una colección de más de un centenar de coches clásicos. La colección pertenecía a un traficante de coches robados que se quedaba con las piezas más valiosas

Sin lugar a duda una de las más sorprendentes con la que todos hemos soñado es el caso de Joseph Coyle que incluso llego a ser una película de Hollywood (Money for nothing). Joseph era un estibador de puerto de Filadelfia que una noche encontró en la carretera dos sacos llenos de dinero (1,2 millones de dolares para ser exactos) procedentes de un furgón blindado descuidado que olvidó cerrar bien las puertas. Joey, lejos de idear un plan para disfrutar del dinero adueñado en el anonimato el resto de su vida empezó una vida de lujos y desenfreno y acabó detenido en el aeropuerto camino de Mejico. Solo pudieron recuperarse 190.000 dolares y aunque fue declarado inocente por locura transitoria Joey dos años más tarde se suicido.

Es sorprendente la cantidad de historias de este tipo que han terminado con un agrio final. Seguramente por eso nos enteramos, porque los protagonistas no son capaces de mantener la sangre fría y son pillados, sin embargo da que pensar cuantas historias anónimas han conseguido su final feliz.